Quiero hacer un homenaje a Doña Mª. Teresa Jaso, una extraordinaria profesora, que nos enseñó con cariño y disciplina, con entrega y educación, con exigencia y respeto. Desprendía autoridad moral, nos exigía el mismo esfuerzo que ella ponía en sus clases y nos enseñaba cómo estudiar. Aprendimos muchísimo. Fue una de mis mejores profesoras -si no la mejor- de mi ya lejano bachillerato.
Mi querida Srta. Jaso: allá donde esté (que sé que será muy cerca de Dios), quiero que le llegue todo mi cariño y agradecimiento por tanto recibido. Y un beso muy grande.
Quiero hacer un homenaje a Doña Mª. Teresa Jaso, una extraordinaria profesora, que nos enseñó con cariño y disciplina, con entrega y educación, con exigencia y respeto. Desprendía autoridad moral, nos exigía el mismo esfuerzo que ella ponía en sus clases y nos enseñaba cómo estudiar. Aprendimos muchísimo. Fue una de mis mejores profesoras -si no la mejor- de mi ya lejano bachillerato.
Mi querida Srta. Jaso: allá donde esté (que sé que será muy cerca de Dios), quiero que le llegue todo mi cariño y agradecimiento por tanto recibido. Y un beso muy grande.