Soy Karin Augustin, compañera de José del Colegio Alemán y del INSS en los noventa y de la pandilla de Marieta en Fuenterrabia en los sesenta..
Extrañada de no saber de él le he llamado varias veces, no contestaba tampoco los whatsapp, y comprendiendo ya que no estaba de viaje lo he temido, pero no tenía cómo averiguar. Acaba de ocurrírseme teclear su nombre en Google y visto impactada la esquela. Disfrutaba tanto la vida, era una avalancha de proyectos alocados, siempre cariñoso, decidido, alegre y positivo. Tengo tantos recuerdos suyos, incluso su madre remetiéndole el jersey en Vixcundi en Fuenterrabia. Siempre que me llamaba me hablaba de hermanos y sobrinos, me preguntaba por mis nietos, mis perros y animales que decía él. Siempre recuerdo que en el INSS se me metió una pestaña en un ojo y se rio: ¿Y quién te manda tenerlos tan grandes? Era el amigo que sin falta te felicitaba ese Santo al que este noviembre ha faltado, una presencia en la distancia. Me echo una pena a la espalda y se convierte en una ausencia más.
No sé quién leerá este comentario que la esquela me ofrece. Lo siento infinitamente y os doy el pésame por el único medio que tengo.
Soy Karin Augustin, compañera de José del Colegio Alemán y del INSS en los noventa y de la pandilla de Marieta en Fuenterrabia en los sesenta..
Extrañada de no saber de él le he llamado varias veces, no contestaba tampoco los whatsapp, y comprendiendo ya que no estaba de viaje lo he temido, pero no tenía cómo averiguar. Acaba de ocurrírseme teclear su nombre en Google y visto impactada la esquela. Disfrutaba tanto la vida, era una avalancha de proyectos alocados, siempre cariñoso, decidido, alegre y positivo. Tengo tantos recuerdos suyos, incluso su madre remetiéndole el jersey en Vixcundi en Fuenterrabia. Siempre que me llamaba me hablaba de hermanos y sobrinos, me preguntaba por mis nietos, mis perros y animales que decía él. Siempre recuerdo que en el INSS se me metió una pestaña en un ojo y se rio: ¿Y quién te manda tenerlos tan grandes? Era el amigo que sin falta te felicitaba ese Santo al que este noviembre ha faltado, una presencia en la distancia. Me echo una pena a la espalda y se convierte en una ausencia más.
No sé quién leerá este comentario que la esquela me ofrece. Lo siento infinitamente y os doy el pésame por el único medio que tengo.