Con tristeza, pero con gran alegría, celebro tu partida hacia el Padre a quien dedicaste tu vida desde la infancia, juventud; juventud que compartimos en los días maravillosos de Irache y Albelda.
Te pido que de la Eternidad nos tiendas tu mano para que sigamos manteniendo nuestra Fe en la que nacimos.
Oramos por ti y tu por nosotros. Amen.
Con tristeza, pero con gran alegría, celebro tu partida hacia el Padre a quien dedicaste tu vida desde la infancia, juventud; juventud que compartimos en los días maravillosos de Irache y Albelda.
Te pido que de la Eternidad nos tiendas tu mano para que sigamos manteniendo nuestra Fe en la que nacimos.
Oramos por ti y tu por nosotros. Amen.