Un comentario

  • Ceferino Sánchez García

    Tuve la gran suerte de tenerla como mi endroquina. Hace unos seis o siete años fue mi primera consulta en la clínica de La Zarzuela. Al ver el color de su cara, un moreno precioso no me resistí en preguntarle (era invierno) donde lo había conseguido. Con su naturalidad única, me contesto que había estado una semana en Pirineos. A partir de entonces y en mis revisiones semestrales, sucedía un intercambio de lugares donde había estado. Los suyos espectaculares, los míos principalmente en nuestra gran sierra de Guadarrama. Tengo que resumir ya que llenaría muchas páginas, las que mi doctora bien se merece. Al pedir como de costumbre cita a Sanitas y darme la fatal noticia, mi cuerpo sintió un golpetazo como de los peores de mi larga existencia (voy a cumplir ochenta y dos años). La señorita que me atendía bien se dio cuenta de tal impacto que no la hablaba. Le puedo dar cita con otra persona, le contesté que no la quería y hoy a un mes de aquél día sigo sin pedirla. Apenas manejo Internet y de casualidad me dio por escribir su precioso nombre y …..He visto que aunque muy tarde podía escribir y lo hago con tristeza pero con mucho cariño y admiración. A todos los suyos y especial a su esposo les mando mi mas sentido pésame D.E.P. y cuentes con mis oraciones.

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