Un comentario

  • Adolfo Hernández Sánchez

    Soledad, junto a su marido D. Pedro Rodríguez Ponga, ayudó a muchas personas necesitadas y abandonadas. Bien merecido tienen su descanso eterno. Los dos están ya juntos en el Cielo, gozando de la contemplación de Nuestro Señor, en una nueva vida plena de Luz.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *